Plantas medicinales, de Chimborazo al mundo
Con el fin de rescatar los valores ancestrales e incluir a la mujer en actividades económicas y productivas, en Riobamba, provincia del Chimborazo, un grupo de agricultoras decidió emprender una microempresa de plantas medicinales que ha llegado a comercializar el producto hasta en los mercados internacionales.Rosa Guamán, presidenta de la Asociación de Productores de Plantas Medicinales de Chimborazo Jambi Kiwa –que quiere decir hierba de remedio–, indicó que, más que dinero y bienestar, el grupo pretendía mostrar que la mujer campesina e indígena era un ser multiplicador y generador de ideas y que cuando se lo proponía podía llegar muy lejos.
Para ampliar su conocimiento, empezaron identificando todas las plantas de la zona multiplicando las siembras en varios predios para ayudar a que el proyecto se convierta en agroindustria.
En el 2001, luego de varios estudios y de golpear puertas en busca de ayuda, el proyecto se hizo realidad y constituyeron la empresa legalmente, montando la primera planta procesadora con una capacidad para trabajar 12 toneladas mensuales. Esta etapa fue apoyada por el gobierno canadiense a través del Centro Canadiense de Estudios y Cooperación Internacional (CECI), la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea, a través del Ministerio de Salud Pública del Ecuador, la Fundación Fomrena y el Ministerio de Industrias, que las capacitó para exportar.