Con el fin de rescatar los valores ancestrales e incluir a la mujer en
actividades económicas y productivas, en Riobamba, provincia del
Chimborazo, un grupo de agricultoras decidió emprender una microempresa
de plantas medicinales que ha llegado a comercializar el producto hasta
en los mercados internacionales.Para ampliar su conocimiento, empezaron identificando todas las plantas
de la zona multiplicando las siembras en varios predios para ayudar a
que el proyecto se convierta en agroindustria.